Sirva este video para preguntarnos hacia donde caminamos y por qué.
¿Cuál es nuestro camino?, ¿Nos debemos a algo?, ¿A qué nos debemos?, ¿Qué debemos descartar y qué elegir?, ¿Cuál es nuestro destino?, ¿Debemos cumplir con él?, ¿Podemos darle la espalda?, si existe, ¿Lo construimos a cada paso o eso es sólo un engaño esperanzador?, ¿Tenemos la suficiente libertad como para gestionar nuestras vidas?, ¿Será cierto aquello de que cada uno estamos llamados a cumplir con nuestra vocación?, y si es así, ¿Cuál es nuestra vocación?, ¿Es sólo una?, ¿Podemos elegirla o nos viene impuesta?, ¿Hasta dónde soy capaz de elegir?.
Vidas potenciales. Esa es nuestra ilusión, pero también nuestra condena. Imaginamos vidas que nos gustaría vivir pero que quizá sólo son espejismos fundados en ilusiones esperanzadas que nos ayudan a huir o decorar la realidad que vivimos. Pero , ¿Tenemos siempre la posibilidad de cambio?, ¿Existe siempre la oferta de cambiar y empezar de nuevo?, ¿Eso nos asegura que lo que vivamos será mejor que lo que vivimos?.
Entiendo que la sociedad actual descubre sus pilares constituyentes cuando mantiene el “sueño americano” en cada uno de los corazones. Entiendo que la motivación (real o ficticia) es necesaria para que las circunstancias adversas que surgen en todas las vidas puedan ser afrontadas con mayor entereza pero necesitamos del discernimiento para filtrar, decantar y seleccionar. Entiendo que en los días grises nuestra imaginación se convierta en la ‘loca de la casa’ como decía Santa Teresa y nos lleve a querer salir, escapar de aquello que no nos gusta, pero ¿Qué oferta tiene un sabor agradable desde el principio hasta el fin?, ¿Qué vida te asegura la felicidad completa?, ¿Es aquella que sigue el curso de tu destino?, ¿Es aquella que eliges porque sientes que te atrae, te emociona, te provoca?…Cuál es tu camino, qué dirección llevas tatuado en tu corazón……
No podemos vivir todo. Las etapas de la vida exigen unos mínimos que cumplimos de manera consciente y también sin darnos cuenta. En esa historia personal que vamos escribiendo seguimos un sendero que llena nuestra mochila de experiencias vitales –trancendentes y mundanas-. En ese proceso vamos seleccionando aquello que nos produce unas mociones positivas, equilibradas y agradables. Pero no todo el camino que escogemos tiene el mismo aroma, el mismo perfume, las mismas condiciones. La moneda para que tenga valor debe tener dos caras diferentes.
A nadie le gusta que los planes se tuerzan, que las opciones varíen o que la fuerte provocación de algo nuevo te quiera hacer cambiar de opinión porque lo que a todo el mundo le gustaría es que cuando elige algo, esa opción fuera una producción de felicidad completa para el resto de su vida sin contratiempos, sin tentaciones, sin dudas, pero eso no es real, eso no existe. La imaginación se puede convertir en nuestra peor aliada.
Aquiles tuvo que elegir. Una vida tranquila, acompañada, valorada o una vida en soledad, breve pero gloriosa. Troya marcaba un destino que descartaba otras opciones. La inmortalidad era un fin que exigía unos medios difíciles. Su destino se plantó frente al él y le preguntó, ¿Qué quieres hacer?, Tienes que elegir.
Mirar hacia delante, tratar de no entenderlo todo, guiarse por el corazón y acompañar con la cabeza, no dejar que la maldita nostalgia acampe en tus sentimientos, confiar en que las cosas saldrán bien, darlo todo a cada paso, ser fiel para ser coherente y saber decir ‘adiós’ para poder decir ‘hola’ pueden ser las coordenadas que ayuden a elegir ese camino tan importante, tan decisivo.
Antes o después el destino llega y pregunta.