Dar a luz

Este post te lo escribo a ti, que estás embarazada, que vas a ser madre, que estás deseando verle la cara y no dejar nunca de sonreír.

Sirva para celebrar la nueva vida

Posiblemente no haya nada más bonito que ver la cara de ese bebe que ha estado durante nueve  meses compartiendo todo dentro de ti.

Creo que eres una afortunada por vivir una experiencia como esta. Nosotros tan sólo somos espectadores de uno de los momentos más maravillosos de la vida. Creo que Dios estuvo muy acertado al permitiros a vosotras la posibilidad de dar a luz. No creo que nosotros seamos capaces de pasar por ese trámite con tanta alegría y gozo como vosotras.

El camino, imagino, no ha sido nada fácil. Molestias físicas, incertidumbre de futuro, cabeza dividida entre las obligaciones y devociones, la lucha contra los antojos, la cara de felicidad protocolaria cuando el cansancio aprieta y las visitas nunca se marchan, noches incómodas sin saber cómo ponerte, pelea constante con el armario para encontrar aquello que más camufle la pequeña vida que nace en ti y mil pequeñas batallas que ya están llegando a su término.

Te imagino esbozando una sonrisa cuando te encuentras en algún espejo contigo misma. Bajas la mirada, ves tú tripita y recuerdas que está ahí, muy cerca de ti. Sabes que te escucha, te sueña, te anhela, te abraza. Sabes que tú serás la única persona a la que dirá ‘Mamá’ y que llamará día y noche, todos los días de su vida, cuando tenga algo que contarte, cuando quiera compartir contigo la alegría más grande o la tristeza más profunda, estés o no presente. Sabes que, en muchos momentos de su vida se pregunta ‘¿Qué haría mamá ahora?’ o simplemente, cuando haya distancia y tiempo entre vosotros, se gritará para sí mismo: ‘¡Cómo me gustaría que mamá estuviera aquí!’.

Tú serás su consuelo, su apoyo, su referente, su guía, su batalla, su amor incondicional, su deseo profundo, su salvación. Tú serás la primera persona en la que piense cuando algo nuevo le ocurra, cuando algo nuevo descubra o cuando algo nuevo le rompa el corazón.

Creo que la convivencia y la educación hacen que los padres también tengan un papel importante en sus vidas, pero nada que ver con la conexión especial que comparten con las madres. Sangre, alimentos, ilusiones, miedos, alegrías, segundos-minutos y horas , y un espacio físico que conecta vidas y une esperanzas.

Te voy a pedir un favor, cierra los ojos, acaricia tu cuerpo que también es su hogar y siente como suavemente se mueve. Te quiere dar la mano, quiere que le acaricies el rostro, que le pases la mano por la espalda, que te fundas en un abrazo con él. Estoy seguro que ahora, estando los dos tan juntos, su mayor deseo es mirarte a los ojos y decirte ‘Hola mamá, ya estoy aquí’. Ya queda poco.

Disfruta mucho de este tiempo de fortuna, de alegría, de VIDA.

Un fuerte abrazo,nos vemos pronto.

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