Archivo mensual: abril 2012

Entrega vital

Sirva para darnos cuenta de la importancia del servicio, de la entrega.

¿Vivimos nuestra vida desde la entrega?, ¿Nos entregamos sólo cuando obtenemos beneficio?, ¿Es posible enfocar la vida desde una entrega total?, ¿ A que nos entregamos?, ¿Al mejor postor?, ¿Al que más nos adula?, ¿Al más necesitado?, ¿Al que nadie escucha?.

 La entrega condiciona la vida. La sensación de responsabilidad que se desprende al aceptar el compromiso de entrega es tan grande como la satisfacción de dedicar cada segundo para poder llevarla a cabo. La entrega vital exige, exige mucho y a veces acaba con la propia vida personal. Lo vemos estos días. Pero hay algo más grande que nuestro interés que nos lleva a realizar esa gran tarea con tesón, esfuerzo y vocación.

 La entrega vital no tiene condiciones pero eso no quiere decir que no acoja al miedo. Hay momentos en la vida en que sabes que tienes que hacer algo que no va a ser fácil, que va a ser un camino largo, arduo, escarpado. El corazón siente la responsabilidad que se avecina y se prepara para el sacrificio palpitando con más fuerza, cargando energía para afrontar el desconocido futuro con una gran disposición. Las lágrimas afloran para despedir un periodo de la vida que se acaba y dar la bienvenida a esa etapa que ya no dependerá de la voluntad del capricho, sino de las necesidades de un mensaje que se ha aprehendido, se ha hecho propio.

 La entrega no tiene fronteras, ni límites, ni tiempo. La entrega vital es un compromiso que no depende de una ilusión pasajera. La entrega vital asusta, provoca, invade. El miedo juega su papel. Calibra su fuerza a través de las tentaciones. Cuestiona el mensaje con argumentos personales que atan la ilusión al Imperio de la mediocridad.

 Tener la suerte de ver a personas que entregan su vida de forma vocacional sin cambios de monedas, sin premios materiales, sin recompensas puntuales, es un regalo que asombra al alma, es un ejemplo que Dios regala al mundo para ser reflejo de un actuar sin condiciones, de un actuar movido por el amor.

La entrega exige y regala. La entrega sorprender y ayuda. La entrega te mide pero consuela.

Sentido Común

Sirva para caer en la cuenta de lo que somos.

¿Qué realidad vivo?, ¿La que me dicen?, ¿La que conozco?, ¿ La que me imagino?¿Me construyo castillos en el aire para huir de mi realidad?, ¿Vivo aquello que me gustaría y no lo que realmente es?, ¿Es duro aceptar la realidad?, ¿Es necesario?, ¿Se puede vivir de fantasías?.

Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos, el menos compartido, el menos utilizado, pero ¿Por qué?. Es posible que la tendencia humana sea percibir el mundo tomando como referencia nuestro propio ser, dejando que la inercia de nuestra identidad construya los pilares de una atalaya propia desde donde atisbar un horizonte condicionado por nuestra percepción, pero, ¿Debe ser así?, ¿Necesitamos forzar para empatizar con los demás?.

Es cierto que cada uno es como es y posiblemente ahí esté el aliciente de nuestro mundo, la sal de nuestra sociedad. El problema es que la tendencia actual no es a sentir la necesidad de reflejar nuestro ‘YO’ con una dosis de realidad sino proyectar aquello que nuestra ilusión pretende consolidar, pero al final no somos aquellos que queremos ser, sino aquellos que somos.

 La naturaleza de las cosas no es estática. La realidad se mueve, está viva y por ello evolucionamos, pero el problema está en el ritmo que escogemos cuando queremos bailar con esa realidad. ¿Queremos ir más rápido?, ¿Nos quedamos rezagados por miedo?, ¿Ocultamos lo que somos bajo roles trinchera?

 La realidad no es siempre fácil, pero es lo único que podemos vivir. Las fantasías tienen una fecha de caducidad y la vuelta no siempre es sencilla. La sutil linea que separa el deseo de la realidad lo marca el sentido común.

Querer mejorar no es excusa para no tener los pies en la tierra. Querer madurar no exige esconder lo que eres. Caer en la cuenta de tu SER y querer sentir tu EXISTENCIA son las coordenadas que marcan el itinerario de una vida con sentido común.